martes, 22 de octubre de 2024

Afectación de la Hormiga Arriera en los Cultivos de Mora de Castilla

La hormiga arriera, una de las plagas más dañinas para los cultivos, está generando serios problemas en las plantaciones de mora de Castilla en el municipio de Piedecuesta Santander. Agricultores y expertos alertan sobre el impacto negativo que este insecto tiene en la productividad de los cultivos, lo que está obligando a muchos productores a buscar soluciones para mitigar los daños causados por esta plaga.

Daños Causados por la Hormiga Arriera

La hormiga arriera, también conocida como Atta spp., es una plaga voraz que se alimenta de las hojas y brotes tiernos de las plantas, debilitando su crecimiento. Según el ingeniero agrónomo Jorge Gómez, especialista en manejo de plagas, “el daño causado por estas hormigas es significativo. En el caso de la mora de Castilla, la hormiga corta y transporta grandes cantidades de hojas hacia sus nidos para alimentar a sus colonias, lo que reduce la capacidad fotosintética de la planta y, en consecuencia, disminuye la producción de frutos”.

Uno de los principales problemas que enfrentan los agricultores es la rápida reproducción de las colonias de hormigas arrieras, que pueden llegar a contar con miles de individuos, lo que agrava el daño en poco tiempo. Además, las hormigas crean extensas redes de túneles subterráneos, lo que dificulta su control y eliminación.


Impacto en la Producción

El impacto económico para los agricultores es considerable. Según Carlos Pérez, un agricultor afectado en la región de Santander, “las hormigas arrieras han reducido nuestra producción en más de un 30%. Las plantas afectadas dejan de producir frutos de calidad, y muchas terminan secándose si no se toman medidas a tiempo. Es un desafío constante tratar de controlarlas sin dañar el cultivo o el entorno”.

Los ataques de hormigas no solo debilitan las plantas, sino que también interfieren con los procesos de floración y fructificación, lo que resulta en menores rendimientos y una reducción en la calidad de los frutos cosechados.

Control y Soluciones

Frente a este escenario, los expertos recomiendan una combinación de técnicas de control químico y biológico. El biólogo Fernando Rivas, especialista en entomología, menciona que “el uso de cebos tóxicos es una estrategia común para eliminar colonias de hormigas arrieras, pero es fundamental utilizar estos productos de manera controlada para evitar daños al medio ambiente y a otras especies beneficiosas”.

Además, el control biológico ha ganado terreno como una alternativa más sostenible. “El uso de hongos entomopatógenos, como el Beauveria bassiana, y nematodos depredadores puede ayudar a reducir la población de hormigas arrieras sin afectar el equilibrio ecológico del cultivo”, señala el ingeniero agrónomo Luis Castro. Estas soluciones permiten mantener bajo control la plaga sin necesidad de recurrir a productos químicos agresivos, lo que también favorece la certificación de los cultivos como orgánicos.

Prevención y Manejo Integrado

El manejo integrado de plagas (MIP) es otra de las estrategias que se están promoviendo para reducir el impacto de la hormiga arriera en los cultivos de mora de Castilla. “Es clave implementar una combinación de métodos preventivos, como el uso de barreras físicas alrededor del cultivo, el monitoreo constante de las poblaciones de hormigas y la aplicación oportuna de controladores biológicos o químicos”, sugiere la ingeniera agrónoma María Lozano.